En mi actividad fotográfica, viajar es una parte importante.
Es, en la búsqueda de motivos fotográficos, donde encontramos la base de estos viajes y toda la logística y planificación, suelen girar alrededor de
dichos objetivos. Sin duda, es la mejor, si no la única manera de conseguir resultados satisfactorios,
sobre todo cuando hablamos de niveles de exigencia personal elevados. Dicha
planificación suele ser, de una forma
casi incomprensible para los no adictos, un factor estresante para uno mismo y
para todo su entorno lo que suele condenar al fotógrafo a convertir su
actividad en un acto solitario e introvertido. Es por ello que de vez en cuando,
viajamos con grupos que no tienen esos
mismos objetivos, o al menos estos no son prioritarios.
Te sirve para recordar
que, la experiencia de viajar no es solo una búsqueda incansable de la foto
perfecta y que, vivir con intensidad momentos inolvidables, no se puede dejar
escapar. Este verano tuvimos uno de esos viajes. Madagascar es un paraíso para
cualquier fotógrafo de naturaleza y aunque no fuese uno de los estrictamente fotográficos donde la
logística estuviese lejos de facilitar el transporte de grandes cantidades de
equipo, no pude renunciar a cargar durante 27 días una enorme mochila repleta
de "cacharritos".
La verdad es que no fue una de nuestras mejores experiencias
fotográficas. No tuvimos grandes opciones y las que tuvimos, posiblemente, no
supimos aprovecharlas pero, no tengo
ninguna duda al afirmar que fue una de las mejores experiencias personales que
hemos vivido. Para ello se tienen que dar algunas premisas que no son fáciles
de conseguir. Un lugar increíble, habitado por personas maravillosas, rodeados
de grandes compañeros y con los guías adecuados, que te muestren con total autenticidad, el lugar que tanto les apasiona.
Por algún motivo, tuvimos esa fortuna y un extraño "veneno malgache" nos recorre
las venas desde entonces. Al final, con una enorme mochila a la espalda, una
pequeña cámara de acción entre las manos ha sido la encargada de inmortalizar
algunos de esos momentos que ya forman parte, para siempre, de nuestros mejores
recuerdos. El montaje final de 8 vídeos "cortitos", se puede ver en este canal de
You Tube, con una edición básica y sin ninguna pretensión, tan solo, intentar mostrar alguna de las emociones que
tuvimos y nuestro eterno agradecimiento a las personas que lo hicieron posible.
Ellos y Madagascar, para siempre ya en nuestros corazones.
Feliz Navidad.
Conocerte, viajar contigo, ha sido uno de los mejores regalos que mi vida viajera me ha otorgado. Y tus fotos, estos pequeños videos, pero sobre todo tus ojos cómplices a pesar de cargar con una mochila más grande que yo, son el reflejo de esa magia malgache que siempre vivirá en mi. Gracias Vicenç
ResponderEliminarLo mismo digo Álvaro. Pocas veces se tiene el placer de conocer personas que sean capaces de inyectar tanta positividad en los demás, hacer felices a los que le rodean y que estos se sientan un "grupo especial". Un fuerte abrazo amigo.
Eliminar