Muchas personas creen, entre las que yo me encuentro, que la
agudeza visual de las rapaces y en concreto del águila pescadora es muy
superior al resto de los seres vivos de este planeta. Que esos ojos tan grandes
según su tamaño corporal, sirven para producir una imagen retiniana más grande
y que su gran número de receptores por mm cuadrado, determina el grado de
agudeza visual lo que le permite visionar objetos individuales a gran distancia
y que esta visión es de 6 a 8 veces mejor que la humana. Pero la verdad es que
nunca nos planteamos la veracidad de dichas afirmaciones y tratándose de
imágenes, siendo fotógrafos de naturaleza, uno se pregunta: cómo es posible que
tengamos que cargar con objetivos tan pesados y estas aves lo resuelvan con
tanta facilidad. El otro día me tropecé con un artículo que ponía en entredicho
esta afirmación ("Ojo de águila: La calidad de la imagen retiniana"
R. Schlaer, Science, vol. 176, No.4037 ,26 de mayo, 1972, pp. 920-922). El
artículo plantea que el error se encuentra en adjudicar, al tamaño de los ojos
y al aumento de receptores, el poder de resolución visual absoluta.
Una retina
más densa en fotorreceptores solo tiene la oportunidad de mejorar su agudeza
visual si la luz se centra en ellos con precisión. Tal precisión mejora con
aberturas más grandes (motivo por el cual los fotógrafos necesitamos esos teles tan grandes). En el ojo animal, la abertura está formada por la pupila y para la
visión a larga distancia, el factor limitante es la difracción. Cualquier
sistema óptico tiene un valor crítico a partir del cual los errores de
difracción pondrán en peligro la nitidez de la imagen formada. Esto se conoce
como el criterio de Rayleigh. Un ojo humano tiene un diámetro de pupila
variable en el rango de 2,5 mm a 5 mm. Eso es casi lo mismo que un águila
pescadora. Sin embargo, los ojos humanos nunca llegan a la zona problema del
límite de difracción porque, nuestros ojos esféricos tienen una distancia focal
de 17 mm. El ojo de las aves de presa tiene una retina en forma tubular a la
sección transversal, que les confiere, una mayor longitud focal. En efecto, las
rapaces tienen ojos con mayor capacidad de aumento, aunque con un campo
reducido de visión. En estas especies, sus ojos están trabajando probablemente
justo en el límite de la difracción. La única manera de mejorar el rendimiento
visual es tener los ojos más grandes. Si un águila pescadora tuviese de verdad
seis veces mejor visión de lejos que un humano, sus ojos tendrían que ser del
tamaño de pelotas de tenis. El artículo concluye que gavilanes y halcones
tienen capacidades de visión a distancia, similares a los humanos. Que águilas
y buitres doblan la nuestra y que las águilas de mayor tamaño, de 2 a 2,5 veces en las especies
más grandes.
Sea como sea… cuando las ves lanzarse a gran velocidad, sobre su
presa, desde una distancia espectacular, se hace difícil dudar de su capacidad
visual.
No hay comentarios:
Publicar un comentario