El
glotón, que en sus zonas de origen se le conoce por su nombre esquimal de
"kirkayú", es solitario y fuertemente territorial, siendo el mayor de
los mustélidos terrestres, quizá, la familia de mamíferos carnívoros mejor
adaptada para la caza. Vive en ambientes muy duros (sobre todo en la tundra y
la taiga eurosiberiana y norteamericana, donde se refugian del
hombre, pero también, en bosques templados y lluviosos, praderas y montañas).
Por consiguiente, es un animal muy adaptable e inteligente y posee muchos recursos.
También es muy resistente, activo incluso en los periodos de temperaturas
más bajas. Puede recorrer al trote hasta 15 km sin detenerse y sus
territorios son enormes, sobre todo los de los machos: pueden tener hasta 2.000
kilómetros cuadrados en invierno y recorrerlos incansablemente
(45 km al día), de día y de noche, en busca de alimento. Comen todo
lo que encuentran: en verano, desde insectos y bayas, pasando por aves y sus
huevos, roedores, animales de tamaño mediano, incluidos carnívoros, carroña y
animales enfermos y agonizantes. Se apropian de las presas que caen en las
trampas y se atreven a penetrar en las cabañas de caza para robar las
provisiones. También roban a otros carnívoros, como zorros y otros mustélidos.
En invierno, cazan ungulados mucho mayores que ellos como renos, alces y
caribúes.
Para los
antiguos pobladores de las taigas de Norteamérica, el glotón representaba la
valentía y la obstinación. No se acobarda ante nada, ya sea un lobo, un oso o
un puma, a los que en ocasiones acaba poniendo en fuga, e incluso arrebatando
sus presas. Esto es posible ya que conjuga el exquisito control de movimientos de los mustélidos y su agilidad, con una fuerza y unas defensas
(colmillos y garras) impresionantes. Puede desplazarse con un grácil galope y
subir a los árboles muy rápidamente, además de nadar muy bien. Se mueve sin
esfuerzo sobre la nieve gracias a sus anchos pies, que funcionan como raquetas.
A pesar de su voracidad, nunca mata más de lo que puede comerse de una o dos
veces, a diferencia de otros mustélidos. Se cree que es el carnívoro que mayor
cantidad de carne puede ingerir de una sola vez. La que no consume la entierra
en la nieve y vuelve a por ella cuando tiene hambre. Estas adaptaciones son muy
útiles en un medio tan desolado como la taiga.
El
número de glotones en la naturaleza no es demasiado elevado.
En Escandinavia, sus poblaciones cuentan sólo con unos cientos de
ejemplares y, aunque su situación en Rusia y Norteamérica es mejor, se
enfrentan a muchas amenazas, como la persecución por parte de tramperos
profesionales o aficionados, que codician su piel, que no se endurece aunque la
temperatura sea muy baja.
Si el
glotón es odiado por los ganaderos se debe a que es muy activo y cada año ataca
a cientos de renos causando importantes pérdidas económicas. Esta es la manera
que tienen los granjeros para justificar la caza ilegal de este maravilloso
animal a pesar de que desde 1982 existe en Finlandia una ley de protección para
el glotón y los grupos ecologistas promueven las indemnizaciones pero… para que un
granjero pueda recibir la indemnización debe poseer las dos orejas del reno
muerto (que es donde están las marcas que ratifican que ese reno es de su
propiedad) y esto no siempre sucede ya que el glotón también se come las orejas
y el gobierno finlandés no acepta una oreja como prueba.
En
Estados Unidos es donde más se le ha estudiado y al parecer, los
científicos se han encontrado con un animal sociable y fascinante, con unas
habilidades extraordinarias. Es, ante todo, un tesoro de la naturaleza, un
animal que como todos, tiene que ser preservado, la dificultad reside en
encontrar su equilibrio.
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