A finales de septiembre y principios de octubre, se inicia uno de los espectáculos más
sorprendentes de la naturaleza. Un singular sonido, emitido por los machos de
ciervo, que se produce mediante la elongación del tracto bucal por medio del
descenso de la laringe. El sonido es proporcional al tamaño del individuo ya
que el descenso se encuentra limitado por el esternón por lo que termina siendo
una señal fiable del tamaño corporal. Los ciervos producen esta señal
principalmente para advertir a sus competidores y es la tasa de berridos,
debido a su coste energético, la que está relacionada con la habilidad de lucha
de su emisor, que varía a lo largo del periodo de celo. Estos sonidos, no sólo
influyen en otros machos sino también en las propias hembras produciendo incluso un adelanto de la
ovulación.
Por todo ello parece que el principal protagonista de esta
historia son los machos, emitiendo fuertes sonidos, luchando con otros rivales
o correteando alrededor de las hembras como un perro pastor para evitar que se
dispersen, pero, en realidad, son las hembras las principales causantes de todo
lo que está ocurriendo. Es curioso que este periodo se inicie después de la
época estival, cuando la escasez de comida es notoria. La berrea ocurre en ese
momento por interés de las hembras, ajustando gestación y lactancia a los
periodos de mayor abundancia.
Como fotógrafo de naturaleza es una de las épocas más esperadas y aunque repitas año tras año,
nunca decepciona.
Daniel Arenas17 de septiembre de 2016, 1:06
ResponderEliminarBellísimas fotografías. Un espectáculo que no he tenido nunca la oportunidad de vivir y que me gustaría hacerlo algún día.
Saludos.
Gracias Daniel, Un abrazo.
EliminarWow! What stunning shots!
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